Entrevista realizada a Rosario Castaño por Celia Arroyo
C. A: ¿Por qué hay mujeres que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo?
R. C.: Un orgasmo es una respuesta fisiológica con un gran componente emocional y las causas de una anorgasmia pueden ser de muy distinta índole. Por ejemplo, la sequedad vaginal y el dolor en la penetración que se suelen presentar en el síndrome menopáusico o la toma de determinados medicamentos pueden influir negativamente inhibiendo esta capacidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos la anorgasmia es de origen psicológico. Puede estar relacionada con distintas emociones y conflictos internos de los que la mujer no es plenamente consciente, como el miedo a la intimidad consigo misma y con el otro, el miedo a perder el control, o el estar demasiado pendiente de complacer a la pareja. Todas estas situaciones, aunque distintas, tienen un punto en común y es que limitan la espontaneidad y dificultan entrar en contacto con las propias experiencias corporales, factores imprescindibles para alcanzar un orgasmo.
C. A: ¿Qué una mujer sea incapaz de alcanzar un orgasmo significa que no disfruta con el sexo?
R.C.: No, el orgasmo es sólo una de las múltiples experiencias eróticas. El hecho de que una mujer no consiga alcanzarlo no quiere decir que no haya excitación. Muchas mujeres pueden experimentar fantasías eróticas y placer a través de los besos, las caricias e incluso el coito sin llegar a tener un orgasmo.
La respuesta sexual humana, estudiada en profundidad por primera vez por Masters y Jhonson en 1966, describe cinco etapas: deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución. Las mujeres que no tiene capacidad de alcanzar el orgasmo sí pueden experimentar las etapas anteriores. De hecho hay mujeres que no alcanzan el orgasmo o no siempre lo alcanzan durante el coito y eso no significa que no hayan experimentado placer.
C. A: Hay mujeres que sólo alcanzan el orgasmo a través de la masturbación, ¿Eso quiere decir que tienen un problema con su pareja?
R.C.: No necesariamente, cada caso es distinto y debe ser analizado. En ocasiones puede deberse a problemas de comunicación de la pareja, tengamos en cuenta que practicar sexo no sólo implica quitarse la ropa sino exponerse emocionalmente ante otra persona. Es una experiencia en la que podemos sentirnos vulnerables, a veces no le decimos a nuestra pareja las cosas que nos ayudarían a alcanzar el orgasmo por temores infundados, ahí podríamos hablar de un problema de comunicación.
En otros casos es ese mismo sentimiento de vulnerabilidad ante la intimidad con el otro lo que bloquea e impide el orgasmo, ya sea para protegerse de una implicación excesiva, de una intimidad demasiado apresurada, o de una desconfianza en la implicación de la pareja sexual.
La intimidad sexual tiene una gran carga afectiva por mucho que en la actualidad se quiera banalizar el sexo.
También hay otras emociones que pueden dificultar el orgasmo como el sentimiento de sentirse avergonzada, o temores a quedar embarazada o a contraer enfermedades de transmisión sexual, lo que no ocurre en la masturbación.
C.A.: Algunas mujeres fingen el orgasmo durante la relación sexual, temen que sus parejas las vean como frígidas, ¿Hasta qué punto los hombres se ha adueñado del placer femenino?
R.C: Históricamente el placer sexual ha estado sometido a normas y leyes que intentan conseguir un orden social y en este intento las mujeres han sufrido todo tipo de restricciones morales que en muchas ocasiones han supuesto gran sufrimiento, porque el placer y las excitaciones están relacionados con la fisiología, con el cuerpo pero también con el lenguaje social, con las normas del grupo familiar y social de pertenencia de cada uno. En el placer intervienen la satisfacción moral, la necesidad de explorar, de saber, de poder, de sentirse reconocido… y en este sentido, aunque vivimos en una sociedad mucho más libre, en la que hay un respeto a la mujer en general, sigue habiendo conductas machistas, yo observo que predominan actitudes micromachistas que van calando desde la infancia y suponen, en algunos casos, una limitación importante para que la mujer se sienta libre y espontánea en sus relaciones sexuales.
C. A.: ¿El orgasmo en las mujeres siempre tiene una carga emocional?
R.C.: No siempre, esto es más un mito producto de la educación. En general el orgasmo es en sí mismo una gran emoción, aunque en Sexología se estudia también lo que se denomina el orgasto, cuando el placer es fundamentalmente físico sin que intervengan los afectos.
C.A.: Las mujeres que nunca han experimentado un orgasmo, ¿Pueden aprender a tenerlo?
R.C.: Sí, a través de la terapia sexual, la mujer aprende a conocer su cuerpo, a detectar temores y a confiar más en sí misma para ser sujeto activo en una relación y no estar a la espera de que su pareja descubra qué es lo que ella necesita y desea. Es un trabajo interesante porque la sexualidad está vinculada a la identidad y a la manera de enfrentarse al mundo y a sí mismo (en mujeres y varones) y por tanto, la terapia sexual es un auténtico ejercicio de psicología que requiere mucha formación y experiencia clínica.
C.A.: ¿Puede una mujer que ha tenido orgasmos dejar de tenerlos? ¿Por qué?
R. C.: Sí, sin duda, esto es un síntoma de que algo está pasando, la psicología vuelve a entrar en juego y en primer lugar habrá que hacer un diagnóstico de la situación y ver si es posible realizar una terapia sexual individual, de pareja o una psicoterapia.
RECOMENDACIONES LITERARIAS:
• Lectura de interés general: Barbach, L: (2002). Los secretos del orgasmo femenino. Edicones Martínez Roca.
• De interés para psicoterapeutas: Castaño, R (2011). ‘La terapia sexual’. Col. Pensamiento Relaiconal. Vol. 4