Centro Médico Instituto Palacios
La influencia beneficiosa del ejercicio físico, si es moderado y regular en el tiempo, sobre la salud física y mental de una mujer a lo largo de su vida es indiscutible y está avalada por numerosos estudios que demuestran su efectividad.
Si nos basamos en la evidencia científica, por ejemplo, la práctica de ejercicio físico es considerada una de las medidas no farmacológicas de primera línea en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, obesidad, de la osteoporosis…
Se dice que las mujeres que realizan ejercicio físico tienen menos síntomas menstruales que las que no. La mayoría de las Sociedades Científicas recomiendan la práctica de ejercicio aeróbico para reducir el dolor menstrual o los síntomas premenstruales pero no especifican nada más, ni la frecuencia o la duración.
La realidad es que recomendamos el ejercicio para mejorar estos síntomas pero tenemos muy poca información científica sobre cuáles son los mejores ejercicios, qué duración deben tener y con qué frecuencia se deben realizar.
Vamos a revisar la información científica que disponemos del papel del ejercicio físico sobre la función menstrual y, en particular, sobre el dolor menstrual y el síndrome premenstrual.
TRASTORNOS MENSTRUALES
1.- Dolor menstrual o Dismenorrea:
Dolor pélvico durante la menstruación, puede aparecer 1 o 2 días antes de la bajada de la regla y persistir durante dos o tres días menstruales.
Su prevalencia es alta, muy incapacitante para la mujer que lo sufre (10% de las mujeres con dismenorrea) y es una de las causas principales de absentismo laboral en la mujer en etapa fértil.
Hablamos de dismenorrea primaria (la más frecuente) cuando no existe causa orgánica, su presencia es debida a una alta acumulación en el útero que va a menstruar de unas sustancias químicas llamadas prostanglandinas que provocan “espasmos” musculares y vasculares. Cuando existe causa orgánica del dolor, hablamos de dismenorrea secundaria (endometriosis, miomas en el útero…)
2.- Síndrome premenstrual
La mayoría de las mujeres perciben cambios físicos o en el estado de humor los días previos a la menstruación. Estos se engloban como parte normal del ciclo menstrual. Sin embargo, cuando estos síntomas o cambios afectan a la vida normal de la mujer, es decir, a su calidad de vida, hablamos de síndrome premenstrual. A continuación enumeramos los más frecuentes:
¿QUÉ NOS QUEDA POR SABER?
En cuanto a la dismenorrea primaria, si hacemos un poco de historia, ya en 1943, un médico llamado Billing propuso una serie de ejercicios de estiramiento para aliviar el dolor menstrual. Él postulaba que las mujeres que padecían este problema era por una contractura de ligamentos de la zona y que estos ejercicios eran muy efectivos para aliviar el dolor.
Si profundizamos, vemos que las recomendaciones sobre la práctica de ejercicio para aliviar el dolor se basa más en la creencia de lo saludable del ejercicio que en estudios que lo demuestren. La mayoría de los realizados en este sentido y que refieren mejoría del dolor menstrual en mujeres que realizan ejercicio son de pobre calidad y de tamaño de la muestra muy pequeños.
En cuanto al síndrome premenstrual, los estudios observacionales (no estudios controlados) refieren que la mujeres físicamente activas tienen menos problemas premenstruales. Pero si seguimos las normas de la comunidad científica, no disponemos de estudios que las comparen con población de mujeres que no realicen ejercicio físico.
Aunque estamos seguros de que el ejercicio es una medida saludable para estos problemas y que seguiremos recomendando, la realidad nos muestra que existe necesidad de realizar estudios controlados para saber qué tipo de ejercicio es mejor, su intensidad, duración…¿mejor el aeróbico? ¿es mejor realizar ejercicios de estiramiento? y ¿cuándo?, ¿durante esos días o de forma regular?