El láser: el revolucionario aliado contra la incontinencia urinaria, la atrofia vaginal y la hiperlaxitud vaginal

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Entrevista al Dr Palacios realizada por Celia Arroyo


C.A.: ¿Qué es el láser?

S.P.: El láser funciona creando temperatura a través de la luz, se ha ido utilizando progresivamente para muchas cosas desde por ejemplo la denominada “depilación láser” al uso en cirugía para quemar y coagular. El año pasado un grupo de ginecólogos de distintos países de Europa comenzamos a emplear el láser en medicina genitourinaria encontrando una evidencia clínica extraordinaria. Hasta este momento había pocas publicaciones al respecto que avalasen esta técnica pero ahora acaba de salir un suplemento en la revista Climateric una revista importante en la que hemos publicado las conclusiones científicas de nuestros estudios.

C.A: ¿Para qué se utiliza el láser en ginecología?

S.P: El láser vaginal tiene tres grandes indicaciones: la incontinencia de esfuerzo, la atrofia genitourinaria y el síndrome de hiperlaxitud vaginal

C.A.: ¿Podría explicarnos en qué consiste la incontinencia de esfuerzo, la atrofia genitourinaria y el síndrome de hiperlaxitud vaginal?

S.P.: La incontinencia de esfuerzo es aquella en la que se escapa la orina al toser o con la risa después de un parto o en mujeres postmenopáusicas. La atrofia vaginal es un problema que presentan algunas mujeres postmenopáusicas que por la bajada de estrógenos sienten las paredes de la vagina contraídas, como si esta se hubiese estrechado y secado, lo que produce dolor en las relaciones sexuales. El síndrome de hiperlaxitud vaginal es una condición que presentan algunas mujeres tras el parto que sienten como si la vagina se les hubiese dado de sí, lo que disminuye el placer en las relaciones sexuales.

C.A.: ¿Cómo puede ayudar el láser a las mujeres que presentan estas dolencias?

S.P.: El láser lo que hace es crear una temperatura entre 40 y 60 grados que calienta el agua que hay alrededor de las células y eso estimula la producción de colágeno. El colágeno funciona devolviendo la firmeza y la elasticidad a los tejidos.  Para las pacientes con hiperlaxitud vaginal el colágeno endurece las paredes de la vagina produciendo una mejoría en sus síntomas. En el caso de las pacientes con incontinencia urinaria la mejoría se produce por la tensión y elevación de la vejiga. En la atrofia vaginal el alivio se produce porque la vagina gana en flexibilidad y elasticidad.

C.A.: ¿En qué consiste una sesión de láser vaginal?

S.P.: Es una técnica muy sencilla, se introduce un instrumental muy pequeño en la vagina a través del cual se proyecta el láser. El vídeo de Incontilase muestra muy bien la técnica.

C.A.: ¿Cuánto dura cada sesión y cuántas son necesarias para obtener resultados?

S.P.: Cada sesión dura 20 minutos y hacen falta dos o tres sesiones.

C.A.: ¿Son tratamientos definitivos?

S.P.: No, la vida del colágeno es limitada, somos capaces de generar colágeno pero no de evitar que este se destruya. Por eso es necesario repetir el tratamiento cada año o año y medio.

C.A.: ¿Qué beneficios puede tener el láser respecto a otros tratamientos?

S.P.: Pues imagínate, hoy por hoy, antes de hacer una intervención quirúrgica en las incontinencias urinarias de esfuerzo, que son cirugías que no siempre quedan bien por lo que hay que considerar el láser como primera opción porque estamos hablando de evitar una intervención quirúrgica. En el caso de mujeres con atrofia vaginal importante, mejoraría rápidamente y luego podría mantenerse un tratamiento de estrógenos locales.

C.A.: ¿Es una técnica dolorosa?

S.P.: No, en las partes más externas que tienen más sensibilidad se puede notar una pequeña molestia pero no es dolor.

C.A.: ¿Tiene efectos secundarios?

S.P.: Hasta ahora no se han descrito, nosotros no hemos encontrado ninguno. El láser produce calor, se usa en cirugía para quemar tejidos, en ese sentido podría implicar algún riesgo si no lo empleara un profesional sanitario altamente cualificado.

C.A.: ¿Es incompatible con otros tratamientos?

S.P.: No,  la única precaución que debemos tener es asegurarnos antes de emplear la técnica de que no hay ninguna infección vaginal o urinaria, porque el calor estimula las infecciones. Para asegurarnos de que no hay ninguna infección hacemos  un cultivo vaginal y urinario a la paciente antes de emplear el láser.

C.A.: ¿Cuántas mujeres podrían beneficiarse de una u otra manera de esta técnica?

S.P.: Se calcula que entre el 25 % de las mujeres padecen incontinencia urinaria de esfuerzo, estamos hablando de una de cada cuatro mujeres. En el caso de la atrofia genitourinaria, un 30 % de las mujeres la presentan de manera moderada o severa después de la menopausia. Sobre hiperlaxitud vaginal no tenemos aún estadísticas, no sabemos aún a cuántas mujeres afecta.

C.A.: ¿Cree que el láser va a suponer una revolución en medicina genitourinaria?

S.P.: Creo que sí, ten en cuenta que con los datos que tenemos en este momento, una de cada tres mujeres podrían encontrar gracias al láser una mejora significativa en su calidad de vida.  Piensa en las mujeres con incontinencia urinaria, hasta ahora han pensado que tendrán que usar compresas toda su vida.

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Entrevista al Dr Palacios realizada por Celia Arroyo

Dr Palacios láserC.A.: ¿Qué es el láser?

S.P.: El láser funciona creando temperatura a través de la luz, se ha ido utilizando progresivamente para muchas cosas desde por ejemplo la denominada “depilación láser” al uso en cirugía para quemar y coagular. El año pasado un grupo de ginecólogos de distintos países de Europa comenzamos a emplear el láser en medicina genitourinaria encontrando una evidencia clínica extraordinaria. Hasta este momento había pocas publicaciones al respecto que avalasen esta técnica pero ahora acaba de salir un suplemento en la revista Climateric una revista importante en la que hemos publicado las conclusiones científicas de nuestros estudios.

C.A: ¿Para qué se utiliza el láser en ginecología?

S.P: El láser vaginal tiene tres grandes indicaciones: la incontinencia de esfuerzo, la atrofia genitourinaria y el síndrome de hiperlaxitud vaginal

C.A.: ¿Podría explicarnos en qué consiste la incontinencia de esfuerzo, la atrofia genitourinaria y el síndrome de hiperlaxitud vaginal?

S.P.: La incontinencia de esfuerzo es aquella en la que se escapa la orina al toser o con la risa después de un parto o en mujeres postmenopáusicas. La atrofia vaginal es un problema que presentan algunas mujeres postmenopáusicas que por la bajada de estrógenos sienten las paredes de la vagina contraídas, como si esta se hubiese estrechado y secado, lo que produce dolor en las relaciones sexuales. El síndrome de hiperlaxitud vaginal es una condición que presentan algunas mujeres tras el parto que sienten como si la vagina se les hubiese dado de sí, lo que disminuye el placer en las relaciones sexuales.

C.A.: ¿Cómo puede ayudar el láser a las mujeres que presentan estas dolencias?

S.P.: El láser lo que hace es crear una temperatura entre 40 y 60 grados que calienta el agua que hay alrededor de las células y eso estimula la producción de colágeno. El colágeno funciona devolviendo la firmeza y la elasticidad a los tejidos.  Para las pacientes con hiperlaxitud vaginal el colágeno endurece las paredes de la vagina produciendo una mejoría en sus síntomas. En el caso de las pacientes con incontinencia urinaria la mejoría se produce por la tensión y elevación de la vejiga. En la atrofia vaginal el alivio se produce porque la vagina gana en flexibilidad y elasticidad.

C.A.: ¿En qué consiste una sesión de láser vaginal?

S.P.: Es una técnica muy sencilla, se introduce un instrumental muy pequeño en la vagina a través del cual se proyecta el láser. El vídeo de Incontilase muestra muy bien la técnica.

C.A.: ¿Cuánto dura cada sesión y cuántas son necesarias para obtener resultados?

S.P.: Cada sesión dura 20 minutos y hacen falta dos o tres sesiones.

C.A.: ¿Son tratamientos definitivos?

S.P.: No, la vida del colágeno es limitada, somos capaces de generar colágeno pero no de evitar que este se destruya. Por eso es necesario repetir el tratamiento cada año o año y medio.

C.A.: ¿Qué beneficios puede tener el láser respecto a otros tratamientos?

S.P.: Pues imagínate, hoy por hoy, antes de hacer una intervención quirúrgica en las incontinencias urinarias de esfuerzo, que son cirugías que no siempre quedan bien por lo que hay que considerar el láser como primera opción porque estamos hablando de evitar una intervención quirúrgica. En el caso de mujeres con atrofia vaginal importante, mejoraría rápidamente y luego podría mantenerse un tratamiento de estrógenos locales.

C.A.: ¿Es una técnica dolorosa?

S.P.: No, en las partes más externas que tienen más sensibilidad se puede notar una pequeña molestia pero no es dolor.

C.A.: ¿Tiene efectos secundarios?

S.P.: Hasta ahora no se han descrito, nosotros no hemos encontrado ninguno. El láser produce calor, se usa en cirugía para quemar tejidos, en ese sentido podría implicar algún riesgo si no lo empleara un profesional sanitario altamente cualificado.

C.A.: ¿Es incompatible con otros tratamientos?

S.P.: No,  la única precaución que debemos tener es asegurarnos antes de emplear la técnica de que no hay ninguna infección vaginal o urinaria, porque el calor estimula las infecciones. Para asegurarnos de que no hay ninguna infección hacemos  un cultivo vaginal y urinario a la paciente antes de emplear el láser.

C.A.: ¿Cuántas mujeres podrían beneficiarse de una u otra manera de esta técnica?

S.P.: Se calcula que entre el 25 % de las mujeres padecen incontinencia urinaria de esfuerzo, estamos hablando de una de cada cuatro mujeres. En el caso de la atrofia genitourinaria, un 30 % de las mujeres la presentan de manera moderada o severa después de la menopausia. Sobre hiperlaxitud vaginal no tenemos aún estadísticas, no sabemos aún a cuántas mujeres afecta.

C.A.: ¿Cree que el láser va a suponer una revolución en medicina genitourinaria?

S.P.: Creo que sí, ten en cuenta que con los datos que tenemos en este momento, una de cada tres mujeres podrían encontrar gracias al láser una mejora significativa en su calidad de vida.  Piensa en las mujeres con incontinencia urinaria, hasta ahora han pensado que tendrán que usar compresas toda su vida.

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