¿Cómo detectar señales de maltrato en la relación de pareja?

La violencia contra las mujeres sigue siendo uno de los grandes males a los que se enfrenta nuestra sociedad.

Celia-Arroyo
Celia Arroyo. Psicóloga y Psicoterapeuta

Poco antes de escribir este artículo, leo en prensa las palabras del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump. Uno de los hombres más poderosos del mundo dice refiriéndose a las mujeres “cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el coño”. Este comentario me asusta y me recuerda que ser mujer sigue siendo peligroso. Quizás hay quien piense que estoy exagerando, al fin y al cabo “se trataba de una broma”, se defiende Trump. Freud decía que detrás de la broma se esconde siempre una verdad que por su contenido sólo puede ser dicha en clave de humor. Lo que el candidato a la presidencia a los estados Unidos dice bromeando es una afirmación acerca del poder, de la supremacía del género masculino, que puede hacer con “el sexo débil” aquello que se le antoje.

Afortunadamente las leyes de los países occidentales han conseguido la igualdad de derechos entre hombres y mujeres pero esa igualdad aún no ha llegado a la esfera de las relaciones de intimidad. La ley, que representa el mensaje explícito, va siempre por delante de la conducta social, donde permanece lo implícito, aquello que hemos aprendido a través de los gestos, de las miradas, de las bromas… Lo que sabemos pero no podemos explicar con palabras. Actualmente la mayoría de las mujeres reconocen la violencia física como un maltrato intolerable en sus relaciones de pareja, sin embargo para muchas sigue siendo complicado distinguir formas más sutiles de maltrato que no solamente tienen graves consecuencias para su salud sino que son la antesala de maltratos más severos. Es importante recordar que el maltrato en las relaciones de pareja es recurrente y escala progresivamente, lo que explica que muchas mujeres tarden años en darse cuenta de lo que les está sucediendo.

Estos son algunas de los comportamientos que deben ponernos sobre aviso:

  • Nuestra pareja resta importancia a nuestros logros, infravalora nuestras actividades y nuestras capacidades, induciéndonos a pensar que las suyas son más importantes o que no servimos para nada.
  • Nuestra pareja critica nuestro aspecto físico de manera directa o indirectamente, a través de bromas que resultan denigrantes y afectan a nuestra autoestima.
  • Nuestra pareja controla nuestra manera de vestir, el largo de la falda, el escote, el maquillaje… A menudo se ampara en que lo hace por nuestro bien.
  • Nuestra pareja tiene explosiones de ira en la que nos insulta y después se arrepiente diciendo que ha perdido los nervios y prometiendo que no volverá a suceder.
  • Nuestra pareja evita que tengamos relaciones con otras personas, tales como familiares o amigos, bien sea prohibiéndolas, hablando mal de ellas o haciéndonos quedar mal delante de ellos.
  • Nuestra pareja exige tener acceso a nuestro teléfono móvil y contraseñas privadas.
  • Nuestra pareja destruye objetos que tienen un valor sentimental para nosotras.
  • Nuestra pareja comienza periódicamente discusiones que minan nuestra energía y estado de ánimo para a continuación convertirse en nuestro cuidador.
  • Nuestra pareja nos obliga a realizar conductas sexuales que nos desagradan, utilizando la violencia física o verbal, utilizando expresiones del tipo “si me quisieras lo harías”, “eres una estrecha”, “las mujeres de verdad…”, o amenazando con abandonarnos sino satisfacemos sus deseos.

A menudo estas conductas se alternan con promesas de cambio y momentos de felicidad, lo que hace que sean más difíciles de detectar. Ninguno de los anteriores comportamientos ha de considerarse normal en una relación amorosa, al contrario, se trata de señales que deben alertarnos de la existencia de una relación de maltrato en la pareja que puede tener consecuencias en nuestra salud física y psicológica y tornar en violencia física. Si crees que estos comportamientos tienen lugar en tu relación, lo mejor es pedir ayuda profesional, pues, aunque al principio parezca imposible sí se puede salir de esta situación tan dramática y compleja.