Dr. Santiago Palacios, Director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer. Madrid. España.
Ya hemos hablado con anterioridad de la osteoporosis, una afección común en la que los huesos se tornan quebradizos y débiles, fracturándose con facilidad.
Aunque la osteopenia es mucho más frecuente que la osteoporosis, suele ser menos conocida. Osteopenia significa “menos hueso” y se caracteriza por una disminución de la masa ósea y un menor contenido de calcio en el hueso de la persona afectada -por debajo de los límites normales que corresponderían a su edad, sexo y raza- por lo que constituye el paso previo a la osteoporosis. Sin embargo, no todas las personas con osteopenia tienen que derivar en osteoporosis, ya que si se diagnostica tempranamente, la osteopenia puede controlarse y, muchas veces, revertirse.
¿Por qué se produce la osteopenia?
Al ser la precursora de la osteoporosis, las causas de la osteopenia y de la osteoporosis coinciden: factores hereditarios, envejecimiento en general y la deficiencia de estrógenos en particular en las mujeres con menopausia, una alimentación deficiente con una ingesta pobre en calcio y/o vitamina D, algunas enfermedades endocrinas o la administración prolongada de algunos medicamentos, entre otras.
Existen, además, ciertos factores que pueden incrementar el riesgo de padecer osteopenia y que tienen que ver con el estilo de vida: fumar, ingerir alcohol en exceso, el sedentarismo o estar excesivamente delgada.
¿A quiénes afecta la osteopenia?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 50% de las mujeres mayores de 60 años son osteopénicas. A diferencia de la osteoporosis, que suele presentarse en la vejez patológica, la osteopenia puede aparecer en mujeres jóvenes, afectando al 15% de las féminas de entre 30 y 40 años.
El principal inconveniente radica en que durante las primeras etapas tanto de la osteopenia como de la osteoporosis no se producen síntomas obvios y el tejido óseo se va deteriorando hasta que ocurren las primeras fracturas, especialmente en cadera, muñeca o columna vertebral.
¿Cómo se diagnostica?
La osteopenia y osteoporosis se detectan mediante la densitometría ósea, una prueba indolora que mide la densidad de tus huesos y permite hacer un diagnóstico temprano de estas patologías. Los profesionales solemos recomendar esta prueba a las mujeres a partir de los 40 años, e incluso antes de esta edad en mujeres con mayores factores de riesgo.
Una vez tenemos los resultados de la densitometría, se considera osteopenia cuando la densidad del hueso tiene valores entre -1 y -2,5 puntos, mientras que si la diferencia es mayor a -2,5 puntos, se considera osteoporosis.
Tratamiento de la osteopenia
Existen varios medicamentos antirresortivos que se emplean para tratar la osteoporosis; sin embargo, como el riesgo de fracturas en casos de osteopenia es relativamente bajo, no se aconseja un tratamiento sistemático con fármacos. Así, el tratamiento de la osteopenia se enfoca desde el punto de vista de la prevención y la adopción de medidas generales que impidan su derivación en osteoporosis:
- Asegúrate de incluir en tu dieta diaria comidas ricas en calcio o enriquecidas con calcio. La principal fuente de calcio son los lácteos; las espinacas, los frutos secos, la soja, los garbanzos, las habas, el brécol y las sardinas y anchoas son ejemplos de otros tipos de alimentos que también son buenas fuentes de calcio.
- Hace algún tiempo, las cantidades de calcio diarias recomendadas eran la mitad de las indicadas hoy en día. Actualmente, la FDA (entidad pública responsable de los asuntos relativos a alimentos y medicamentos en Estados Unidos) aconseja ingerir 1.000 miligramos para personas entre 31 y 50 años. Los individuos de más de 50 años deben tomar 1.200 miligramos. Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia necesitan 1.000 miligramos -si tienen entre 19 y 50 años- y 1.300 miligramos si tienen 18 años o menos. Para los que ya tengan osteopenia y las mujeres que sean postmenopáusicas y no estén tomando estrógenos, la cantidad sería de 1.500 miligramos.
- La vitamina D es también un nutriente importante para prevenir la osteopenia, ya que ayuda a absorber el calcio aportado a través de la alimentación: tomar el sol durante 20 minutos al día en los horarios permitidos e ingerir alimentos ricos en esta vitamina, tales como pescados grasos y huevos, son buenas prácticas para asegurar un aporte adecuado. La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 800 UI (también el doble que las indicadas antiguamente).
- Aunque la mejor manera de obtener el calcio que se necesita es a través de los alimentos, se recomiendan suplementos de calcio con vitamina D para quienes no consumen estos alimentos en su dieta regular o no alcanzan las cantidades recomendadas. Existen distintas modalidades: calcio solo o asociado con otras vitaminas, así como en otras formulaciones, como fluoruro de calcio, fosfato de calcio y carbonato de calcio, entre otros.
- El ejercicio físico es el principal estímulo para la formación de hueso, mientras que el sedentarismo excesivo hace perderlo. Si eres poco aficionada a los deportes o no puedes practicarlos, puedes realizar una actividad tan sencilla como caminar, que no sólo mejora el calcio en los huesos, sino que ayuda a activar la circulación general.
- Mantén un peso saludable: un peso inferior al normal aumenta el riesgo de pérdida ósea y de fracturas.
- No fumes y limita el consumo de alcohol, ya que ambos pueden disminuir la masa ósea. La cafeína también disminuye la absorción del calcio, así como las bebidas carbonatadas.
- Minimiza los peligros en tu hogar que puedan aumentar el riesgo de caídas y fracturas.