Reflexiones sobre la menopausia y las hormonas

Dra. Cármen Menéndez
Directora Médica del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer

La menopausia significa el final del periodo fértil en la vida de la mujer, nada más. Esta etapa de la vida de la mujer es algo compleja, las hormonas son grandes protectoras de la mujer durante la vida reproductiva,  su descenso (perfil hormonal característico de la menopausia) puede repercutir desfavorablemente en la calidad de vida de la mujer.

Desde la biología de la edad media, la menopausia se sitúa entorno a los 50 años de edad pero la consideramos normal entre los 45-55 años. Si se pudiese elegir, de forma utópica, yo elegiría  no tenerla, las hormonas son las grandes aliadas de la mujer. Somos el único mamífero hembra que la tenemos.

Los síntomas más típicos de esta etapa  (sofocos, sudoraciones nocturnas….) pueden ser muy molestos en un porcentaje nada despreciable de mujeres (hasta un 25% de ellas)

Estos síntomas lógicamente pueden alteran el descanso nocturno y derivan en problemas de insomnio. Existen otras quejas frecuentes como son los cambios de humor, estados depresivos, cefaleas y molestias articulares.

La afectación sobre la vida diaria de la mujer que los sufre  dependerá de su intensidad y frecuencia, suelen estar presentes durante los primeros años para ir desapareciendo paulatinamente (entre 1 y 5 años), sin embargo en un porcentaje pequeño de mujeres su presencia se alarga durante más años.

Ser mujer es un factor de riesgo de sobrepeso y obesidad a lo largo de su vida, hecho que se hace muy patente a partir de los primeros años postmenopausicos, el cese de la actividad ovárica condiciona un cambio en el metabolismo basal, se quema menos grasa, y además la actividad de las enzimas que catalizan la disolución de la grasa, fundamentalmente en la zona abdominal, decrece. Como consecuencia de estos cambios en el metabolismo energético, la mujer tiene una tendencia muy fácil a coger peso y observa como su cuerpo va cambiando, va redondeándose. Estos cambios corporales junto a los que se producen en el perfil lipídico y en las cifras de la tensión arterial son factores que influyen en el aumento del riesgo cardiovascular observado en la etapa postmenopausica. Además, el déficit estrogénico es un factor de riesgo de atrofia genitourinaria y de osteoporosis.

Durante esta etapa la mujer tiene que ser consciente de lo que pasa y reforzar los mecanismos de defensa frente a ellos como la disciplina en la alimentación diaria  (no se trata de no comer), la realización de ejercicio físico (moderado pero regular) así como el abandono de hábitos tóxicos

El mundo de las hormonas parece que siempre será polémico, no hace falta mas que mirar como es la historia de cualquier tratamiento con hormonas dirigido a la mujer en sus diferentes etapas de la vida,  primero comenzó con los contraceptivos, más tarde con los tratamientos de la fertilidad o de las  consecuencias desfavorables de la menopausia. Sin embargo, la investigación no cesa y demuestra que este tipo de tratamientos son seguros cuándo son utilizados en acorde con la información científica disponible y sus recomendaciones

La evidencia científica avala que  la THS lógicamente es el tratamiento de elección de los síntomas vasomotores debido a que estos aparecen por la bajada de estrógenos que caracteriza a la menopausia. El empleo juicioso e individualizado de las dosis, en el tiempo adecuado (perimenopausia y primeros años postmenopausicos) y la duración tiempo de este tratamiento en mujeres sintomáticas, en realidad como cualquier otro tratamiento, ha mostrado ser seguro. No debemos de olvidar otros efectos beneficiosos que tiene la THS sobre el área genital (atrofia genital) así como sobre la masa ósea ( osteoporosis).

La necesidad de tratamiento y su seguridad dependerá de los síntomas y afectación de la calidad de vida de la mujer que acude a consulta por ello, de la historia personal de la mujer así como de su preferencia, estos tres determinantes optimizaran el mejor perfil beneficio/riesgo a la hora de indicar la terapia hormonal sustitutiva.

La terapia  hormonal (estrógenos o estrógenos/progestágenos) es el tratamiento de elección de los síntomas climatéricos, fundamentalmente cuando estos afectan a la calidad de vida. Si los síntomas son leves o moderados existen otras alternativas que pueden aliviarlos como los fitoestrógenos (importante saber que dosis son las adecuadas y que productos las garantizan)  o ciertos antidepresivos que actúan a nivel de algunos neurotransmisores hipotalámicos, sin olvidar lo comentado con anterioridad, la importancia que tiene el mantenimiento de un adecuado estilo de vida ( dieta , ejercicio…) dentro de la estrategia terapéutica  de estos síntomas.