Rejuvenecer el rostro sin pasar por el quirófano

Entrevista realizada por Celia Arroyo a la Dra. Manuela Gómez

C.A.: Doctora, ¿es realmente posible conseguir rejuvenecer el rostro sin recurrir a la cirugía plástica?

M.G.: Sí, absolutamente, en medicina estética hemos pasado de que todos los tratamientos de rejuvenecimiento facial eran quirúrgicos a que la mayoría de los tratamientos se realizan en consulta con técnicas mínimamente invasivas y con resultados muy buenos. Son técnicas seguras que se realizan en condiciones adecuadas de asepsia y con materiales hipoalergénicos y tras las cuales las pacientes se pueden ir a su casa y hacer vida prácticamente normal.

C.A.: ¿Cuáles son los principales tratamientos para conseguir un rostro más joven?

M.G.: Depende de cada paciente, de su edad, del estado de su piel, de sus expectativas… Las técnicas a emplear son distintas en cada caso. No es lo mismo una mujer de 30 que una mujer de 50 o 60. De la misma manera que dos mujeres de la misma edad pueden necesitar cosas muy distintas dependiendo de su herencia genética, de su estilo de vida, de cómo hayan cuidado su rostro, luego hay otra cosa importante: depende mucho de las expectativas, de lo que cada mujer quiera y le preocupe. Hay mujeres a las que les puede preocupar el descolgamiento, la flacidez, la pérdida de luminosidad en la piel, pero no quieren perder las marcas de expresión, mientras que para otras las arrugas pueden ser la principal preocupación.

C.A.: Lo que comenta de las expectativas me parece muy importante. ¿Ha tenido pacientes que vienen con una fotografía de una actriz y le piden un resultado similar?

M.G.: Sí, a veces sucede y hay que explicarle a la paciente qué podemos conseguir y qué no. La honestidad es fundamental. Luego también es muy importante ver si el resultado que la paciente quiere va a ser armonioso dentro de su expresión. Un buen tratamiento de medicina estética tiene que buscar resultados naturales, la armonía en el rostro de la paciente, que se vea más guapa y más joven sin dejar de ser ella, sin que pierda expresión.

C.A.: Se ha hablado mucho del rostro de Meg Ryan o de los labios de Melanie Griffith. ¿Qué opina de estos casos? ¿Se trata de falta de habilidad del médico o el resultado era el que sus pacientes buscaban?

M.G.: Puede ser una cosa o la otra pero yo me inclino más por lo segundo. En mi caso te puedo asegurar que si una mujer me pide algo que yo considero que no es armonioso, que no le va a quedar bien, no lo hago, porque la cara de una paciente es la mejor carta de presentación de un profesional de la medicina estética. Puede que haya médicos que lo hagan, pero yo no. Además hay que ser muy cuidadosos con ciertas peticiones porque pueden encubrir problemas psicológicos.

C.A.: Como psicóloga estoy muy de acuerdo con lo que comenta, la medicina estética debe ayudar a la autoestima de las mujeres, pero hay personas que no se gustan y no se van a ver bien con nada. Aunque imagino que son excepciones. A menudo se asocia la medicina estética a algo superficial, pero la autoestima es salud mental. ¿En su experiencia cómo afectan los tratamientos que realiza a la autoestima de las mujeres?

M.G.: Yo creo que la autoestima de las mujeres aumenta cuando se sienten más guapas siendo ellas, eso les provee de autoconfianza. A nadie le gusta envejecer y en el Instituto Palacios ayudamos a las mujeres a envejecer con salud y con calidad de vida.

C.A.: En su experiencia, ¿qué cambios relacionados con el envejecimiento facial preocupan más a las mujeres?

M.G.: Fundamentalmente preocupan la pérdida de definición del óvalo facial; las líneas de marioneta, que son las líneas que van de los labios a la mandíbula y nos hacen parecer tristes o enfadadas, y el pliegue nasogeniano, que es el que va de la nariz a la boca. Luego hay mujeres que tienen muy marcados las arrugas por encima del labio superior, lo que se denomina coloquialmente código de barras, o tienen muy marcadas las patas de gallo.

C.A.: ¿Qué tratamientos estarían indicados para la pérdida de definición del óvalo facial?

M.G.: La pérdida de definición del óvalo facial se produce por un lado por la pérdida de volúmenes en ciertos puntos del rostro, como pueden ser los pómulos o el mentón, y por la flacidez y el descolgamiento de la piel. Para combatir estos efectos se inyectan en el rostro biomateriales tensores y volumizadores como el ácido poliláctico o el ácido hialurónico. Con ellos conseguimos devolver al rostro su aspecto tridimensional.

C.A.: ¿Qué tratamientos estarían indicados para combatir las arrugas?

M.G.: Para combatir las arrugas se utiliza la toxina botulínica, que lo que hace es relajar la expresión. Si aun relajando la expresión quedan surcos, lo que se hace es rellenarlos con ácido hialurónico.

C.A.: La toxina botulínica ha tenido mala prensa por el resultado de algunas actrices de Hollywood que aseguran que han perdido expresividad en la cara.

M.G.: La toxina botulínica, bien puesta, no paraliza la expresión del rostro.

C.A.: ¿Son caros estos tratamientos?

M.G.: En mi opinión, no. Para una mujer que se cuida y utiliza regularmente cremas de calidad, de gama alta, un tratamiento de rejuvenecimiento facial global se amortiza en menos de un año y el resultado dura unos 18 meses.

C.A.: ¿A qué edad conviene comenzar los tratamientos de medicina estética para conservar un rostro joven?

M.G.: Lo ideal es comenzar entre los 35 y los 40 años. Como en todo, empezar pronto ayuda a obtener mejores resultados.

C.A.: ¿Qué garantías debemos buscar en un profesional de la medicina estética?

M.G.: Ante todo que sea un médico especializado y con experiencia, y por supuesto que emplee materiales de calidad. En el Instituto Palacios utilizamos materiales de mucha calidad porque es una garantía para que el resultado sea el esperado y las pacientes nos vuelvan a escoger.

C.A.: ¿Qué podemos hacer en casa para mantener la piel joven?

M.G.: Una piel bonita necesita hidratación, bebiendo agua o tisanas y utilizando cremas hidratantes siempre con protección solar, también en invierno. Y descansar, respetar 7 u 8 horas de sueño es importante para mantener la piel en forma.

C.A.: En las próximas semanas, ¿puede explicarnos en qué consiste la técnica de los hilos japoneses?

M.G.: Sí, por supuesto.